
Tener miedo es un pecado. Contarlo, una gilipollez.
Y un buen poema quizá sea el lado valiente de un cobarde (O la bala de un sentimental. O la belleza de un imbécil. El trabajo de un escritor consiste en boxear con el abecedario para conseguir un amor, o más de uno, un cheque tan mágico como una alfombra, y un gramo de gloria que sirva para no oler a sudor) por mucho que Bunbury le haya robado la frase a Pedro Casariego (entre otras, como el título de la canción El hombre delgado que no flaqueará jamás: Esta / vida / demasiado / plácida / me /extingue / Estas horas / solemnes / sofocan/ los incendios / imprudentes / y los papeles / en llamas / Ansío el / terremoto particular / que alguien / me ha prometido / Soy el hombre / delgado / que no flaqueará / jamás.) sigue pareciéndome una frase perfecta.
Aunque Bunbury le cae mal a este blog de ahora en adelante. Pena que Pedro no pueda levantarse de la tumba para dejarlo buscándose la cabeza una semana.
1 comentario:
quando caminho, pouco de mim fica nas emendas contraditórias do meu pisar...
gostei muito dos textos... e desta foto primeira.
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