11.10.08

¿Dónde están los límites?

Esa es la pregunta que todos nos hacemos de vez en cuando. Vale para cualquier situación y es aplicable a cada una de las disyuntivas en las que nos encontramos a lo largo del camino. Por desgracia suele ser difícil contestarla y la mayor parte de las veces ni siquiera llegamos a darle una respuesta convincente. Porque a pesar de que vivimos en un mundo de blancos o negros en la práctica los grises existen y eso complica aún más la toma de decisiones.

Incluso me atrevería a decir que el mayor problema es que no sabemos cuáles son los límites. Tenemos un montón de variables diferentes, de puntos de vista, porque claro, todo depende de la persona en cuestión.

De vez en cuando ella me repite que no hay malas y buenas personas, sólo malas y buenas acciones. Dudo mucho con esta frase porque en algún lugar tiene que estar la línea que diferencie lo que está bien de lo que está mal. Probablemente exista, pero igual es mucho más borrosa y difusa de lo que pensamos. ¿Una mala persona es aquella que comete muchas malas acciones? Según esto, hasta la buena persona se equivocaría a veces.

Y luego está la duda eterna: ¿Cómo distinguir la mala acción de la buena? Porque a mí me puede parecer algo horriblemente mal pero para el resto del mundo no ser más que una tontería. Y en este punto... ¿A quién hago caso? ¿A lo que me dicta el corazón o las personas que me rodean?

Tal vez el límite esté ahí, en mi corazón, y si a mí me parece algo mal y me hace daño no debería de platearme nada más. Pero tampoco quiero complicar las cosas, porque nuestras acciones tienen consecuencias. Decir: “Esto me parece mal” implica reacciones e incluso hace que el resto se vean obligados a hacer otras cosas. Por eso nunca he sido de decirlo, el pasotismo ha sido mi mejor amigo mucho tiempo, porque no quiero ser la causante de situaciones o variables. Prefiero estar a la sombra y que sean ellos los que decidan hasta dónde pueden llegar sin tener en cuenta ninguna de mis opiniones, porque no las voy a dar. Prefiero que sean ellos los que, independientemente de lo que yo piense, actúen libremente haciendo lo que consideren correcto.
No será la primera vez que alguien me dice: “Tía, haz el favor de opinar, dime que es lo que piensas de esto” y yo no he sido capaz de responder. Por mal que me parezca algo de mi boca no saldrán esas palabras, no quiero que sus decisiones se vean afectadas por mi opinión. Porque incluso puede estar equivocada.

Unos prefieren la sinceridad y el desahogo, necesitan decir las cosas para quedarse a gusto, pero el otro día, cuando el cúmulo de situaciones me hicieron explotar y mi autocontrol se quebró y lo dije, me sentí realmente mal e incómoda después. Y aún ahora escribiendo esto no puedo dejar de sentirme mal por haber hablado.

Claro que es mejor hablar a tiempo antes de que la situación vaya creciendo y creciendo y un día mandes todo a la mierda por no querer haber dicho nada en su momento. Porque sí, es cierto, he explotado, pero de una manera bastante light. Sólo espero que esto se solucione, que las cosas vuelvan a su sitio, y que yo deje de sentirme tan pequeña e insignificante.

Porque, y esto no es una amenaza, cuando me ocurre eso sólo siento ganas de correr, de alejarme y de pasar de todo, pero además de sentirlo lo hago. Y ahora mismo nada me dolería más que eso, aunque llegado el caso, lo haría igualmente.

*Samalkia se prepara para salir corriendo*

2 comentarios:

Lady Midnight dijo...

Curioso... cuanto menos, curioso...

En esta entrada has abordado, sin querer, dos de mis temas favoritos. Empecemos por el primero: el bien y el mal. Es imposible definir qué es bueno y qué es malo, tú misma lo has dicho, ya que "bien" y "mal" son sustantivos abstractos y su catalogación siempre será algo totalmente subjetivo. Frente a esta idea podemos vernos envueltos en diversas discusiones, pues siempre habrá puntos en los que cualquier otra persona tenga algo que objetar. Mi consejo es que no le des más vueltas a esas dos ideas, son algo orientativo y a partir de ciertas edades innecesario. Céntrate en tu punto de vista y en cómo puedan reaccionar las personas que te importen o que consideres cercanas frente a tus acciones, es lo más indicado ya que cada individuo es diferente.

El segundo tema es el miedo, las ganas de escapar de todo, la frustración, o como tú prefieras considerarlo. Realmente es una reacción bastante común en el ser humano. Tanto el tener miedo a afrontar algunas cosas como el querer desaparecer temporalmente (o definitiva, dependiendo del caso) hasta que todo se tranquilice. Pues bien, el aislamiento (vale, no soy la persona más indicada para hablar, pero ya sabes: haz lo que yo diga y no lo que yo haga :P) nunca es bueno. Está bien que te reserves un período de tiempo para reflexionar, pero si no afrontas las situaciones jamás serás capaz de hacer frente a una vida y conseguir estabilizarla y nunca aprenderás cual es el modo más correcto de intentar solucionar las cosas en tu caso. No sé lo que ha pasado, y realmente no me importa: a lo largo de tu vida te encontrarás en muchas ocasiones en circunstancias similares, y si no tomas alguna decisión siempre te estarás preguntando "¿Qué habría pasado si...?". Si tomas cartas en el asunto, por lo menos puedes decir que lo has intentado. Sé un poco egoista; piensa un poco en ti porque, si tú misma no lo haces, nadie lo hará.

Sin comerte mucho más el tarro (ya ha sido más que suficiente), me despido hasta la próxima. Espero que todo esto te sirva para algo, aunque sea al menos un poquito. Un abrazo.

P.D: Y perdona por el pedazo tostón, pero el tema tiene miga...

Luchida dijo...

Primera visita que hago a tu blog y te aseguro que no será la última :D
Sobre el bien y el mal no voy a añadir más porque lady midnight me ha quitado prácticamente las palabras de la boca. Pero quería decirte algo sobre la opinión. No creo que sea bueno guardarse todo y coger un día y renvetar pero tampoco ir soltándolo ahí de mala manera. Creo que es muy importante el tener una opinión propia para cualquier tema una vez que se está debidamente informado. Obviamente quizás nos equivoquemos o llevemos razón pero lo importante yo creo que es tener claro nuestro punto de vista. En cuanto a lo de expresarlo, basta con tener cuidado básicamente. No creo que haya nadie que se moleste porque le demos nuestra opinión... Lo que suele molestar es un "tienes que hacer esto" ó "vaya un gilipollas, mira lo que debes hacer". Mientras no lo digas así no creo que haya problema xD
Lo dicho, que volveré por aquí a menudo. Ciao!!