Tu mirada sideral

Hace mucho tiempo que no escucho tu voz. Y cuando intento recordarla, imaginarte hablando, no soy capaz. Tampoco logro ver tu cara dentro de mi cabeza. Y duele, duele mucho.
Lo que si consigo imaginar son pequeñas instantáneas de la vida que compartimos: los olores, tu olor especiado y las cosas que un día me dijiste.
Siento, no sabes hasta que punto, haber desgastado tantas fuerzas en algo sin futuro aparente. Pero el amor no es otra cosa que construir castillos de cartón en el aire y confíar en su fortaleza. Yo te amé un día, te amé lo mejor que supe y te di todo lo que estaba en mi mano darte. Pero el amor de verdad nos permite reconstruir esos castillos, aunque de ellos sólo queden cenizas... podías haberlo intentado pero no lo hiciste.
Y ahora, después de tanto tiempo, sé que tú nunca me amaste. Fui un simple capricho, un bonito adorno que coleccionar y hacer tuyo y ya no me duele porque haber sentido todo lo que sentí me demuestra que estoy viva, que todavía puedo sentir, que incluso un corazón mutilado puede amar, que puedo salir, levantarme y enfrentarme con la vida de nuevo, retomar todo aquello que había dejado de lado y seguir creciendo, seguir madurando, hacerme más fuerte, más especial.
El dolor me ha convertido en lo que soy ahora, gracias al dolor que tú me causaste soy quién soy y estoy muy orgullosa de la mujer en la que me he convertido.
No te echo de menos a ti, echo de menos al amor y volveré a amar. Claro que sí. E intentaré hacerlo tanto o mejor de lo que te amé a ti y sé que volverá a terminar y sé que volveré a llorar otra vez por amor y que lo volveré a pasar mal, pero merece la pena sacrificar ciertas cosas aunque sólo sea para sentirme viva, para darle sentido a esta estúpida existencia por el tiempo que sea.

Sé feliz. Te lo deseo de todo corazón. En serio.

Estas palabras tienen sentido porque, en un tiempo y un espacio ajenos a todo, un día te quise y como te dije alguna vez siempre quedará un pequeño trocito de mi corazón reservado para ti, para los días que pasamos, para las veces que hicimos el amor, para los "Te quiero" que construimos y para las cosas que nunca nos dijimos.

Tu mirada sideral seguirá brillando en mis ojos a lo largo del camino, porque para bien o para mal soy quién soy ahora gracias a ti.