
A. vive en la cajita de cartón resquebradizo y húmedo en la parte más débil de mi corazón.
Todos se preguntan por qué le dejo esa caja a él. Yo no lo he elegido así, es más, la ha escogido él. Y me pregunto constantemente por qué me ha hecho eso.
Podía haber escogido muchas otras cajas, la de acero blindado hubiese estado bien, pero eligió la débil, la que se rompe, la que se deshace y el resultado es que los recuerdos que me quedan se mezclan con otros que no tienen nada que ver. Un puto desastre, vamos.
G. vive en otra cajita con agujeros, todavía nueva y brillante, como una bola de queso emmental. Por sus agujeros entran otros recuerdos diferentes y se entremezclan.
Muchas veces siento que es como jugar a la lotería, nunca sé con seguridad en qué momento la cajita dónde vive A. va a derramar unos cuantos recuerdos poco agradables y tampoco estoy preparada para asimilar y diferenciarlos.
Entonces la caja de de G. se inunda de dolor, miradas de odio, violencia, palabras horribles y empiezo a confundirlos. Se vuelven la misma persona y empiezo a llorar.
A veces me resulta gracioso, Dios, nadie se merece que le suceda lo que me pasó a mí, y si un amigo/a me cuenta algo similar sentiría ganas de matar a la persona que causó el daño. Pero Sara es tonta, Sara es demasiado buena, Sara está obsesionada y Sara no se da cuenta de que en el fondo tendría la capacidad de blidar esos recuerdos, de esconderlos o simplemente de no volver sobre ellos.
- Tú lo que necesitas es una mujer, y es un consejo que te doy como tu amigo-.
Ya tengo algo que contarle al psicólogo mañana, aún no lo había hecho.
Creo que a veces tener la capacidad de ver más allá de un sexo (de un cuerpo) y enamorarte de un cerebro, de unas palabras, de una forma de escribir, de una forma de pensar no es tan positiva como yo pensaba.
Puede que sólo necesite a una mujer. A alguien que tenga ese cuerpo que tanto reverencio, alguien que pueda llorar delante de mí y sentirlo muy cerca, que llore de alegría y de tristeza indistintamente, alguien que pueda abrirse delicadamente como una crisálida de polilla y que aún así no llegue a conocer del todo nunca, alguien con una voz cálida y dulce, alguien que sienta semejante a mí, alguien que no dé nada por descontado, alguien que viaje con una maleta pequeña llena de sueños como único equipaje, alguien que sepa y sienta en sus propias carnes lo que es tener un hijo, alguien que lleve en su cuerpo la capacidad de moldear la vida, alguien que pueda dejarlo todo y empezar de nuevo, alguien que sea débil y eterna luchadora a la vez, alguien que con un susurro sea capaz de atravesarme el alma de lado a lado, alguien que haya vivido mucho y que quiera seguir haciéndolo, alguien que sea capaz de derretirse viendo a un niño pequeño, alguien que sea capaz de construir castillos en el aire con la confianza de que resistirán, sin miedo a comprometerse, sin miedo a que se derrumben...
Tal vez lo único que necesite sea una mujer... a alguien hecho de los mismos materiales que yo, y cogerla de la mano y continuar juntas.
Y sí, me llamo Sara y soy lesbiana, aunque con alguna excepción :_
[Russian Red - Gone play on]
Todos se preguntan por qué le dejo esa caja a él. Yo no lo he elegido así, es más, la ha escogido él. Y me pregunto constantemente por qué me ha hecho eso.
Podía haber escogido muchas otras cajas, la de acero blindado hubiese estado bien, pero eligió la débil, la que se rompe, la que se deshace y el resultado es que los recuerdos que me quedan se mezclan con otros que no tienen nada que ver. Un puto desastre, vamos.
G. vive en otra cajita con agujeros, todavía nueva y brillante, como una bola de queso emmental. Por sus agujeros entran otros recuerdos diferentes y se entremezclan.
Muchas veces siento que es como jugar a la lotería, nunca sé con seguridad en qué momento la cajita dónde vive A. va a derramar unos cuantos recuerdos poco agradables y tampoco estoy preparada para asimilar y diferenciarlos.
Entonces la caja de de G. se inunda de dolor, miradas de odio, violencia, palabras horribles y empiezo a confundirlos. Se vuelven la misma persona y empiezo a llorar.
A veces me resulta gracioso, Dios, nadie se merece que le suceda lo que me pasó a mí, y si un amigo/a me cuenta algo similar sentiría ganas de matar a la persona que causó el daño. Pero Sara es tonta, Sara es demasiado buena, Sara está obsesionada y Sara no se da cuenta de que en el fondo tendría la capacidad de blidar esos recuerdos, de esconderlos o simplemente de no volver sobre ellos.
- Tú lo que necesitas es una mujer, y es un consejo que te doy como tu amigo-.
Ya tengo algo que contarle al psicólogo mañana, aún no lo había hecho.
Creo que a veces tener la capacidad de ver más allá de un sexo (de un cuerpo) y enamorarte de un cerebro, de unas palabras, de una forma de escribir, de una forma de pensar no es tan positiva como yo pensaba.
Puede que sólo necesite a una mujer. A alguien que tenga ese cuerpo que tanto reverencio, alguien que pueda llorar delante de mí y sentirlo muy cerca, que llore de alegría y de tristeza indistintamente, alguien que pueda abrirse delicadamente como una crisálida de polilla y que aún así no llegue a conocer del todo nunca, alguien con una voz cálida y dulce, alguien que sienta semejante a mí, alguien que no dé nada por descontado, alguien que viaje con una maleta pequeña llena de sueños como único equipaje, alguien que sepa y sienta en sus propias carnes lo que es tener un hijo, alguien que lleve en su cuerpo la capacidad de moldear la vida, alguien que pueda dejarlo todo y empezar de nuevo, alguien que sea débil y eterna luchadora a la vez, alguien que con un susurro sea capaz de atravesarme el alma de lado a lado, alguien que haya vivido mucho y que quiera seguir haciéndolo, alguien que sea capaz de derretirse viendo a un niño pequeño, alguien que sea capaz de construir castillos en el aire con la confianza de que resistirán, sin miedo a comprometerse, sin miedo a que se derrumben...
Tal vez lo único que necesite sea una mujer... a alguien hecho de los mismos materiales que yo, y cogerla de la mano y continuar juntas.
Y sí, me llamo Sara y soy lesbiana, aunque con alguna excepción :_
[Russian Red - Gone play on]
1 comentario:
Las mujeres son guays. La verdad es que están muy locas, pero si encuentras una que no lo esté mucho... es una pasada.
Publicar un comentario