8.6.10

Cuestiones de familia


“Hubiese merecido la pena seguir jugando a ser ántrax” Les comentaba, les gritaba entre dientes. Confesando lo que se me comía por dentro, sentenciándolo sin llegar a querer creérmelo del todo. Estaba sentada en la mesa de la cocina, con el montón de platos todavía sin recoger. Amontonaba los huesos de pollo en una fuente para tirarlos a la basura mientras se lo decía. Jugaba con la servilleta, la arrugaba, la doblaba con formas imposibles, la estiraba y volvía a repetirlo: “Ser ántrax, ser ántrax”. Ellos no me miraban a la cara. Era mi vergüenza, lo que se repetía día a día, en cada momento. Lloraba a ratos y me hacía muy pequeñita, casi imperceptible bajo sus ojos. Tal vez hubiese merecido la pena, tal vez ahora sería más sólida, más fuerte, más estable, más normal. Y no estaría defectuosa, estropeada y llena de costurones. Pero no me gustan los “Tal vez”. Delante está el mundo y yo de pie, mirándolo, sin vergüenza ni arrepentimiento. No dejé de ser ántrax, me obligaron a dejar de ser ántrax. Era un problema, ahora ya no lo soy. Y en teoría ellos deberían darme igual. El centro de todas las cosas está en otra parte. Por lo menos me enseñasteis a ver lo bueno debajo de la mierda. Y sin ántrax y sin terroristas emocionales y sin aquello que llaman familia, creo poder decir, que soy feliz a pesar de todo.

2 comentarios:

miau dijo...

Cuidate de que no se inviertan las etiquetas. Por lo demás, a disfrutar mujer. Ya te toca.

Insomne dijo...

Y sin ántrax y sin terroristas emocionales y sin aquello que llaman familia, creo poder decir, que soy feliz a pesar de todo.

Ahí lo llevas. Prioriza. Siempre. eres tú y sólo tú la que va a vivir TU vida. Escoge bien con quien y nunca estés donde no desees estar. Busca la felicidad, aunque tengas que romper.

Si no, no podrás dormir por las noches :)