
Cuando te fuiste, ellos me empujaron a otros brazos, a otras medicinas con forma de mujer. A pesar de todo tardé casi un año en hacerles caso, tardé casi un año en sacudirme el polvo, soltarme la melena y encender la pipa de la paz. Tardé casi un año en perderme en otros brazos, en coserme las heridas más abajo de otro ombligo. Ahora las heridas no sangran, son tiernos dibujos sobre mi piel en forma de sirena. Ahora sé que nunca te irás, pero ya he aprendido a convivir contigo. Será bonito poder recordarte y que hagamos tríos con mis otras amantes.
1 comentario:
Pocos textos tan breves como intensos. Hay un giro de belleza indescriptible en lo que has escrito.
Publicar un comentario