11.8.09


DE ABANDONOS

2) EL ABANDONO BIZARRO

Inevitablemente Marta se cayó por la ventana aquel 15 de diciembre. Todavía guardo su esquela y ya han pasado casi diez “quinces de diciembre” desde aquel. Las dos estábamos fregando los cristales de nuestro piso. Ella tenía la manía de sentarse en el alfeizar de espaldas para poder limpiarlos por la parte de fuera. Resbaló. Sencillamente resbaló. Y su cuerpo quedó desperdigado por la acera. Fue una de las muertes más estúpidas que recuerdo y jamás le perdonaré su imprudencia. No he vuelto a enamorarme desde entonces. Llevo diez años cambiándome de piso frecuentemente; como todavía tengo la esperanza de que alguien entre en mi vida siempre alquilo los que tienen los cristales desmontables. Aunque como siga así, sólo será la cuidadora del centro de día para ancianos.

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