Hermosa Serpiente

Tu susurro imperceptible me atravesó
Deslizándose entre muros de grandes bloques.
No diré “gracias” porque siento lástima por mí misma
Tampoco lloraré porque no he podido luchar.
Lo de antes ya no importa, sólo que ahora estás dentro
Recorriéndome a tu antojo y eres libre de hacer con mi
Alma lo que quieras.

Te digo ahora que me uses,
que me ames,
que me procures redención,
que me sobes,
Te digo ahora que me lamas,
que me vulgarices,
Porque no estoy en condiciones
De pedirte otra cosa.

Las palabras se ordenan en una espiral
De franquezas y desazones
O
De caminos y vertientes desconocidos
Para mí.

Pero fue tu susurro imperceptible el que me atravesó
En un descuido / En un instante / En un suspiro,
En la mitad de lo que dura un estremecimiento,
Un segundo o
Un escalofrío.

Fue tu inconfesable maldad,
Fueron tus artes de bella serpiente,
Fue también tu olor;
Que se llevó entre sus brazos
Los recuerdos de mi cordura.

Preguntas sin respuesta atormentan
Mi alma.

Sólo tú puedes responder,
Pero también puedes callar como una hermosa serpiente
Y enredarte en mi cuello,
Y apretar hasta poder beber de mí un último aliento.