30.9.08

Podría decir muchas cosas, muchas cosas tal vez vacías del tipo "Son los mejores", pero diré que todavía recuerdo el momento en el que tuve por primera vez entre mis manos Agila, el disco era de mi tía, y por aquel entonces mi único interés era leer las letras y hundirme en aquel libreto tan colorista y perfecto, me sentaba en la salita y pasaba horas escuchando ese disco una y otra vez cuando Iria estaba de vacaciones aquí. Años más tarde yo misma compré ese disco. La gente suele relacionar música o canciones con una época vivida y a mí también me pasa...


"Sucede que me canso de ser hombre" Sucede que me canso de mi piel y de mi cara
y sucede que se me ha alegrado el día ¡coño!
al ver al sol secándose, en tu ventana: tus bragas
Empiezo a solas, sigo por ti y no comprendo nada,
desato tormentas sin rechistar,
sacame algún día del corral, necesito salir.
Yo me quedé con su olor, ella me arrancó la piel,
me dijo justo al final: no quiero volverte a ver.
¡Eh, lejos de mí!
deja que corra el aire, no te quemes, va a salir el
sol.
¡Sol dejame en paz!
La luna me ilumina, en esta ruina entra la
claridad.
¿Quién quiere saber?
si estoy quemado o escondo un corazón helado y
quema mi ser.

Pintaba en mesas y hojas una y otra vez el dibujo de la carátula, me obsesionaba con escribir las letras una y otra vez a mano y las analizaba hasta la saciedad, en clase las leía y las cantaba mentalmente, porque tenía todas esas canciones en la cabeza.

Y ahora, muchos años después de su último disco me sorprenden con una maravilla, poesía en estado puro, ritmos cambiantes, producción muy cuidada... y vuelvo de nuevo a una época que para mí significó mucho.

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