9.8.08

Bordes Afilados


Antes de poder cerrar las heridas que me dejaste, caminé por el borde afilado de palabras retorcidas que todavía me unían a ti. Me unían por el infinito de lo soñado, por la magnitud de una desordenada vida que había compartido contigo, por lo maravilloso de haber estado a tu lado.

Antes siquiera de haber podido recorrer con mis lágrimas las aceras de besos que aún guardaba dentro de mí, olvidé cerrar con llave la puerta del odio, y entró en mi vida.

El odio limó con su fuerza los paseos que habíamos dado, los besos robados, las tardes de sofá y películas, las noches de gemidos ahogados contra tu boca, la magia de una ciudad que nos había acogido con su silencio; borró lo ajeno, lo cercano, las fotos, los diarios, los regalos, los olores, las palabras que todavía resonaban en mi cabeza, tu voz, la voz del amor y los "te quiero...

Pero se olvidó de limar tu mirada sideral y todavía brilla en mis ojos cuando veo una película, cuando charlo con un amigo, cuando creo divisar el amor, cuando los reflejos de tiempos pasados juegan sutilmente con mi pelo y cuando los años que pasamos juntas se acercan peligrosamente de nuevo a mi vida.

Y lo vi. Un día descubrí tu mirada en el brillo irracional de mis ojos y supe que no te había olvidado, que NUNCA podría olvidarte porque estabas dentro de mí, llamándome desde dentro, recordándome que un día te había amado mucho.

También supe sin ningún tipo de dudas, que por poder escuchar de nuevo el simple sonido de tu voz recorrería océanos y saltaría desde afilados acantilados, que tan sólo por la loca idea de volver a tu lado sería capaz de jugar con la muerte y de morder al destino, que por un único beso tuyo sería capaz de dejarlo todo de nuevo, de volver a construir ese castillo de cartón que un día dejamos caer.

Me engañé al pensar que podría olvidarte, que podría construir sobre las ruinas un nuevo castillo con otra persona.
Nunca había estado tan equivocada como en aquel entonces.


- Dedicado al amor, aquello que amo con todas mis fuerzas, aquello que un día tuve en mis manos y que perdí, aquello, que tal vez... no tarde demasiado en volver a tener -

3 comentarios:

vera dijo...

No muestro esto a menudo....


LA ESPERANZA

El piano empezó a tocar
Casi por asombro
Los ojos se me cerraron

Una mano cogió la mía
Un cuerpo contra el mío
El ritmo se deslizó

Los dos cuerpos bailan
Y se convierten en uno

El uno es una flor
La flor del amor
Que florece entre los cuerpos

El ritmo sigue
Y el amor florece

Ambos bailan
Sin rumbo, sin puerto
Sin puerto, sin rumbo

Lady Midnight dijo...

Espero que sea cierto y que pronto vuelvas a conseguirlo, sinceramente. Nunca te había visto tan bien como aquella vez que viviendo en Cantabria viniste de visita a Ferrol. Apenas hablamos mucho aquel día, lo sé, incluso te negaste a darme un par de besos cuando nos vimos, pero te vi contenta.

Sin embargo, tras haber vuelto definitivamente, tu estado anímico descendió a una velocidad brutal, y ahora parece que te vas recuperando poco a poco. Me alegro de que las cosas vayan mejor, y no te agobies. Lo que vaya a pasar pasará antes o después. Y si algo no sale bien, sabes que hay gente con la que puedes contar para lo que sea, gente que incluso te habría acogido en su casa sin problema, así que pase lo que pase no te agobies. Siempre tendrás a alguien a quien agarrarte cuando tropieces. Haz lo que creas que es correcto y sé feliz, tú que puedes.

PD: Vera, debería de acabar contigo por escribir algo tan bonito, XD.

esence dijo...

Pocas veces las palabras me parecieron tan tristemente bellas...