Mi nombre es Teresa Anatole Giménez y no recuerdo nada de mi vida anterior al abrazo.
No sé lo que se siente al ser humano y no me importa. Soy una criatura oscura, a veces me pregunto cómo era mi parte humana, pero esos pensamientos duran muy poco, quizás ya estaba muerta antes de que me convirtiesen, quizás el ser humano no merezca tanto la pena. Muchos piensan que nuestra situación es un castigo, yo no pienso así. No estoy viva y tampoco estoy muerta, danzo eternamente en un limbo inmortal.
Hace unos meses que he sido llamada para formar parte del azote. Hoy visité al Príncipe Marcus y mi Sire me dijo que ya estaba preparada para continuar sola mi camino.
Conocí a mis compañeros de cuadrilla:
Nazya: Una chica un tanto extraña que tuvo la estúpida idea de beber la sangre de un borracho en una discoteca. Cometió la desfachatez de no decirme cual era su clan cuando yo le dije el mío a ella. No hemos hablado casi.
Luna: Una joven Brujah.
Prometeo: Un Gangrel muy místico. Es el chiquillo de Marcus.
El sabbat está a punto de eliminar completamente a la camarilla. Tengo mucho miedo. Lucita va a ser despertada, si es que no lo está ya.
Victoria nos ha enviado a Londres en un helicóptero esta misma noche. Todos tenemos visiones. Se acerca el final. No sé qué será de nosotros...
Estaba conduciendo desde el aeropuerto y vi como la luna desaparecia.
Instantaneamente clavé mi mirada en el volante y una fuerza magnética irresistible hizo que desease dirigir mis ojos hacia el cielo: Donde antes estaba la luna, vi a tres planetas girando en un círculo concéntrico. Sentí un absoluto terror, nada de aquello se parecía a algo que hubiese visto antes, se escapaba a mis conocimientos, a mis ideas, a todo lo vivido ateriormente.
No tengo miedo de la muerte porque ya estoy muerta. De lo que tengo miedo es de no saber encajar la sucesión de acontecimientos que se nos vienen encima. Sólo pido fuerzas.
Caín está despertando.
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