
LA DAMA DE HIELO
A veces quiere ser tierna. Hay veces en las que imagina acciones y gestos que nunca se materializan. Ayer sin ir más lejos sintió ganas de abrazarte, pero no lo hizo, y el otro día no paraba de imaginarse que me daba un beso (A mí, que me quiere tanto) también pudo hacerlo, pero de ella nunca salen esos gestos. Por eso no le extraña que la llame toxo, no le extraña que él la llame sosa, no le extraña porque lo que pasa aquí es que no se siento a gusto con su cuerpo, se ha alejado de él unos cuantos kilómetros y lo observa desde arriba; a veces le da órdenes, pero no le obedece, hace mucho tiempo que no le obedece. Hemos tenido esta conversación muchas veces, tantas que no puedo contarlas, no sabe lo que le ocurre; yo puedo imaginármelo, pero en vez de decírselo, le contesto “Será que tienes algún chakra bloqueado” y la abrazo fuerte y le doy un beso, porque sé que echa mucho de menos el contacto con otros seres humanos.
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