22.2.09

Aliento.

Envistes sabiendo que ya no queda nada de lo que fuimos, que ya no eres nada de lo que fuiste, que tus palabras sólo son gestos vacíos que intentan rellenar lo que queda y lo que no queda de mi alma. Pero es que ya no funciona, no sé si te has dado cuenta pero ya no tintinea lo que nos rodea, ya no brilla la calle cuando apareces o cuando me monto en el bus y te veo desaparecer a lo lejos. Antes eras capaz, me calentabas con tu voz, pero ahora ni eso. Ni con tu voz, ni con tus manos ni con nada. En algún punto que desconozco me congelé evitando así la caída. Y por eso mismo los días se vuelven fríos sin tu aliento.

Ayer soñé con esa misma película, y contigo, fue un sueño muy raro. Te recuerdo sentada a mi izquierda en una mesa baja de un restaurante asiático bebiendo de forma apurada una cocacola en botella y con pajita. Yo estaba de frente a la ventana, un ventanal enorme que nos dejaba ver el mar. Había más gente, muchas personas con rasgos achinados que se mantenían en silencio. Porque en este sueño sólo hablábamos tú y yo, a intervalos cortos, suavemente. Ya no estábamos juntas. Y entonces, de repente, ya no había mar ante nosotras, había una pantalla gigante de cine y Aliento nos envolvía por todas partes... y con ella... ya no había calma, sólo una cadencia constante de sentimientos humanos llevados al extremo.

Me revuelve el estómago darme cuenta de que soy incapaz de alejarte de mis pensamientos inconscientes y básicos. Disimular se me da más o menos bien hasta el punto en el que puedo llegar a creérmelo, pero el terreno de mis sueños se escapa a cualquier tipo de control por mi parte. En el fondo me maravilla el hecho de que, habiendo pasado ya tiempo, sigas estando dentro de mí maniatando mis días con recuerdos y golpeando mi mente una y otra vez con imágenes recortadas. Pero al mismo tiempo te envidio, porque tú has sabido cerrar la historia, o esa es la sensación que tengo. Es probable que no, pero no estoy dentro de tu cabeza y soy incapaz de sentir eso. Esa rabia que por momentos llega y se lo lleva todo, porque tú has sido capaz de olvidar, mientras que yo lucho por olvidar que olvidé.

No hay comentarios: