Cíclico.

-I- El Principio

De tardes vacías está llena mi calma
Y del (D)olor de un abrazo amigo.
Porque cuando estás allí,
en la penumbra,
entre ciegas sombras de latidos
y tiemblas de frío
la locura más loca te aterra
y corres entre flores de azahar
al ritmo sin ritmo
que marcaba el pianista en la sala
el día que empezaste a perderte.


-II-

Sola, como dice la canción que se come tu mente
Sola de puro acompañada
Y esperas
esperas
esperas

El cambio que a todos nos prometieron,
El acento que puebla los rincones

Sin éxito.


-III-

Hubo un instante borracho de miel
que me susurró al odio, suave
el canto que consume mi cuerpo de invierno
que me susurró sueños, países mágicos, un hogar
que me dio, entre melodiosas palabras, un motivo
Uno solo.

pero con eso basta.


-IV-

Hoy no hace frío,
Él está a mi lado
en silencio.
Escribe sobre mi piel
con partículas de su saliva
como si fuese del cristal más delicado
y pudiera desintegrarme entre sus brazos amantes

Ya no tengo miedo.


-V-

Llueve y yo tengo fiebre
Ardo por dentro con cada suspiro
Y entre lágrima lágrima
el “sinsentido” aparece
mientras los dibujos se borran.
Rabiosa

Pero sólo hacia mí misma.


-VI-

Ladrones silenciosos irrumpen.

-VII-

Sálvame.

-VIII-

Te odio. Te odio. Te odio.


-IX-

El ciclo se cierra,
He encontrado a los ladrones del tiempo
Y la culpa ya no forma parte de mí
Asumo asumir un principio cortante
que se balancea sobre el filo de la navaja
vacilante, débil y más humano que yo misma.


-X-

Hace sol;
Otra persona me abraza
de manera diferente
En su mundo llueve:
He decidido que él pagará
punzada a punzada
brecha a brecha
herida a herida
latido a latido

todo mi dolor.


¿Hay algo más humano que disparar balas de plata contra aquellos días en los que el corazón se te iba a salir por la boca, contra aquellos días en los que la primera grieta se creo de la nada dejando una herida limpia sangrante?


-III-

Hubo un instante borracho de miel
que me susurró al odio, suave
el canto que consume mi cuerpo de invierno
que me susurró sueños, países mágicos, un hogar
que me dio, entre melodiosas palabras, un motivo
Uno solo.

pero con eso basta.