El eterno delirio rodea mi mente,
La empapa de sueños sin sentido
Y de velas viole(n)tas.
En la casa lloran los olvidados,
Los visitantes entran temblorosos
Y otros destrozan puertas y ventanas
Esperando encontrar(me)
La pereza vuelve, escurridiza,
Húmeda de premios no merecidos.
Y el vals remueve su corazón,
(Re)nueva coraza,
Congelada por los años.
Viajantes de océanos vacíos,
De mares sin agua,
De voces silenciosas,
Recalan aquí;
Amarrando su cordura a mis muñecas
(De muñeca)
Mientras, el observador de un mundo ridículo
Pesa y sopesa razones de principios y
Llamamientos absurdos.
Hondo llega el sonido del acuario,
De la piscifactoría artificial.
Y cuando hombres y mujeres que nacieron con tu dolor
Suplican redención, tú sólo puedes susurrar incontinencias
Verbales y soñar con olvidar:
con escapar,
con volar,
con dejarlos atrás.
Con dejar la débil llama
Olvidada en algún cajón
De tu memoria custodiada.
2 comentarios:
"Mientras, el observador de un mundo ridículo
Pesa y sopesa razones de principios y
Llamamientos absurdos." Me quedo con estas líenas... De poco vale "pensar y sopesar" hoy en día porque como bien dices, es un mundo ridículo...
Ciao!
Pensar nos hace a todos más grandes y más listos, incluso puede que más fuertes, pero siempre hay ese pequeño "porrcentaje" que puede vovlernos débiles y frágiles.
Publicar un comentario